En el uso del color, uno de los aspectos más importantes es conseguir una combinación equilibrada de estos dentro de nuestras obras, ya sea un diseño, un  cuadro, una fotografía o una película. Es lo que se conoce como relación armónica de colores. Resulta fundamental para el efecto visual de la obra, su expresividad y el simbolismo que transmite.

Relaciones armónicas de colores.

Existen ciertas normas que ayudan a armonizar los colores y básicamente podemos reducir las armonías equilibradas en los siguientes tipos:

Armonía de colores afines o análogos.

Una de las formas más frecuente de combinar colores es usando aquellos que son cercanos en el círculo cromático o a un color principal. Este tipo de armonías se conoce como armonía de colores afines o armonía de colores análogos. Por su cercanía, combinan bien con facilidad.


Armonía de colores complementarios.

Los colores complementarios crean una combinación contrastada. Recordemos que dos colores son complementarios cuando son opuestos en el círculo cromático. Es una armonía ideal para crear contrastes entre fondo y figura, para captar la atención. También se puede usar para reflejar en contraste entre ideas o posiciones enfrentadas.


Armonía monocromática.

En las armonías monocromáticas toda la paleta deriva de un tono de color del cual se usan distintas variaciones de saturación y luminosidad. También se puede combinar un color principal con distintos grises neutros.


Armonía de complementarios adyacentes.

En este caso, partiendo de un color principal, tomamos dos tonalidades adyacentes a su complementario. De este modo conseguimos un efecto similar al de la armonía de complementarios, pero con mayor diversidad cromática.


Tríada de colores

En la triada de colores se usan 3 colores equidistantes en en círculo cromático. Por lo general, ninguno toma especial protagonismo.


Armonía tetraédrica.

Esta armonía sigue el concepto de la triada de color, pero usando 4 colores. El resultado sigue siendo una composición equilibrada donde todos los colores comparten protagonismo.

Se puede entender también como una doble armonía de complementarios.